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Nicolás Hagen es un ingeniero
atractivo y exitoso que ama la vida nocturna. Su relación con las mujeres se
resume a pasar solo una noche con ellas y abandonarlas dejándoles algo a
cambio. Para él todas son iguales: interesadas, insensibles y manipuladoras.
Lavinia es una mujer de belleza envidiable, simple y pura en su alma. Una
modista de clase baja que lucha por salir adelante en un entorno hostil. Su
pasado la puso en un lugar donde entregarse a un hombre se torna casi
imposible. Su presente está regido por la resignación, la aceptación y la
constancia. Lavinia será una presa más de Nick, quien no podrá resistir sus
impulsos de seducirla y pasar nada más que una noche con ella. Una noche en la
que la verdad y la inocencia transformarán sus almas para siempre. Sin embargo,
el destino jugará de nuevo sus cartas: el pasado para Nick tiene forma de
heridas y figura de mujer. Una novela erótica en Buenos Aires, con todos los
ingredientes del género que hoy es tendencia en el mundo.
Antes de empezar la reseña, les
comentó que Anabella Franco también es, con su seudónimo, la autora de la nueva
trilogía Rebelión y que también fue muy amable en dar una entrevista con el
blog, si están interesados pueden leerla acá.
Bien, ¿cómo empezar? Novela romántica
de las buenas.
Empezamos con una escena de un par de
años atrás, donde Lavinia y su hermana Helena sufren un intento de violación
por parte de su padrastro.
Ahora, ambas están camino a ser
mujeres adultas pero siguen atascadas en esa casa y esa vida marginal, un hogar
donde la droga vale más que las vacunas de su hermanito y donde tienen que
cuidarse las espaldas para no ser abusadas.
Helena se ha dejado arrastrar y
derrumbar por lo injusto de la vida, pero Lavinia no. Lavinia quiere una vida
mejor y lucha día a día para conseguirla.
Trabaja de lunes a lunes,
esforzándose en juntar cada moneda para salir de esa casa y también para poder
cubrir las necesidades de su hermanito Héctor.
Por otro lado tenemos a Nick Hagen,
un empresario que se dedica a disfrutar la buena cara de la vida. Mujeres,
sexo, derroches y fiestas son cosa común en la vida de este hombre que no tiene
mas responsabilidades que su empresa y generar más dinero para su fortuna.
Por cosas de la vida, y eso que no
creo en las casualidades, Nick llega con su amigo al local de Lavinia por unos
trajes y queda prendado de la belleza angelical que posee, y no se imaginen un
romeo, los pensamientos de Nick van por el rumbo de "¿Por qué no tuve a
esta chica conmigo en un hotel?"
Después de un par de encuentros e
insistencias, Lavinia y Nick pasan la noche juntos, solo una noche, después de
la que él le deja unos pasajes para un crucero (cosa que Lavinia sabe es una
costumbre de él con sus amantes como compensación por el sexo y en forma de
despedida), eso la lastima y la ofende, porque ella realmente pensaba que
tenían algo especial.
Después de eso, se adentran en una
aventura en la que tendrán que decidir si lo que tienen es amor y si ese amor
es lo suficientemente fuerte como para resistir todo lo que acarrean sobre sus
hombros.
¿Qué me gusto?
¿Empresario y chica virgen? ¡No
huyan! Esta novela y su compañera (que no es segunda parte ni secuela, sino la
historia de Helena) son todo lo opuesto a 50 sombras de Grey, son personajes
muy formados, con historias consistentes y una buena trama.
¿Sexo? Sí, pero no a montones, solo
ciertos momentos que significan mucho más que un poco de sexo, Lavinia es una
chica que arrastra años de maltratos y abusos, además de un intento de
violación cuando era muy pequeña y el hecho de entregarse a Nick significaba
para ella demasiado, por eso digo que tiene mucha más trama detrás de cada
cosa.
Algo que Anabella Franco dijo en la
entrevista y me intereso muchísimo, es que Nick es muy débil en comparación con
Lavinia y que fue Lavinia quien lo rescató a él y no viceversa, esta no es una
historia de Cenicienta, Lavinia no quería un hombre con dinero que la rescate,
no quería ser la damita de compañía de un tipo importante y, muy importante, no
va a agachar la cabeza nunca ante Nick. Será que soy feminista, pero me encanta
ver una historia de amor donde la mujer también tiene algo que aportar, que no
es solo cosa del hombre y sus trastornos.
La escritura es muy buena, es
interesante, es ligera, cosa difícil cuando se tratan temas tan pesados, y a
pesar de que tienen sus idas y venidas lo hacen un número de veces realistas no
al punto de ser un zigzag que aburre de repetitivo (cof...cof...After...coff).
Otro punto que me gusto mucho es que
la autora es de Argentina pero no tiene jerga argentina, y ojo no tengo nada en
contra de las palabras de mi país, en general me molesta mucho cuando cada país
usa sus palabras típicas en los libros porque puede ser bastante molesto para
los lectores extranjeros, además de que me da la sensación de que le quitara
cierto profesionalismo, a mi parecer es mucho más cómodo leer en un español
mayormente neutro.
Es una historia de amor preciosa, me
gusta mucho cuando no se subestima la trama en las historias de amor, el amor
real es mucho más complicado que te conozco, te amo, tenemos sexo irrealmente
perfecto y somos felices para siempre, por eso es muy bonito como lectora
encontrar una novela donde tenemos amor, tenemos sexo y tenemos atracción pero
no son solo una pareja, cada uno, individualmente, tiene mucho más que decir.
¿ Qué no me gusto?
Me gusto mucho la novela y no tengo nada en
particular que criticar.
¿En conclusión?
Hace un tiempo leí cincuenta sombras
de Grey, descubrí el género erótico y pensé "bien,
¿Qué más tiene este género que ofrecer?" en la librería me dieron este
libro y fue una sorpresa enorme, porque fue lo que me hizo ser más exigente
respecto a este tipo de libros, romántico erótico no es sexo cada dos hojas y
palabras empalagosas en todos los párrafos, es un género algo castigado porque
muchos autores no entienden eso, pero por suerte Anabella Franco logro el
equilibrio justo para lograr una buena novela romántico erótica que vale la
pena ser leída.
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