sábado, 18 de junio de 2016

Yo, Christiane F: Trece años, drogadicta y prostituta.

Yo Christiane F: 13 años, drogadicta y prostituta | Autores: Horst Rieck, Kai Hermann, Christiane F. | Autoconclusivo | 296 páginas | Planeta | Para comprar click aquí.

     

El relato es impresionante. En la Berlín sucia y decadente en plena Guerra Fría, los dealers recorren las calles vendiendo drogas duras. Los jóvenes, alienados y aburridos, se inyectan día y noche sin que los adultos a su cargo atinen a hacer nada. Muchos mueren. En el Paseo de las Nenas, cerca de la mítica discoteca Sound, se reúnen las prostitutas más jóvenes y baratas de la ciudad: las adictas a la “H”. Christiane es una de ellas.

Entre el morbo y la fascinación, con menos de veinte años Christiane Felscherinow se convirtió en un mito: la adicta más famosa de Europa, la leyenda de la subcultura de la droga berlinesa, la “yonquiestrella”.


Este libro nació como una simple investigación periodistica sobre los niños drogadictos de Berlín y de la prostitución que ejercían para pagar su adicción, una de esas notas presentadas en Noticieros, pero los periodistas quedaron embelesados y espantados al conocer a esta jovencita, tanto que decidieron saber cuánto pudieran de Christiane y plasmarlo en un libro. Y se volvió el libro más vendido en la historia de Alemania, un país que hasta el día de hoy sigue perseguido por la heroína y los casi cuatro millones de niños que viven en las estaciones.
Babsbi fue una jovencita de 14 años, prostituta y adicta a la heroína que murió cuando el hígado le explotó por la adicción y la heroína, es reconocida como una de las victimas más joven de la droga en el mundo occidental. Estos periodistas investigaban su historia cuando se cruzaron con la que fue la mejor amiga de Babsbi, Christiane F. Una jovencita que el mundo nunca olvidaría.
La vida de Christiane empezó de manera deplorable, con un padre alcohólico y golpeador y una madre sumisa que agachaba la cabeza mientras Christiane y su hermana eran molidas a palizas. Un día su madre comienza a salir con otro hombre y se divorcia, llevándose consigo a sus hijas, intentando darles una vida mejor.
En los suburbios de un destrozado Berlín, Christiane lucha por encajar en la escuela, en un ambiente resignado a la violencia, la droga y la ignorancia, ahí comienza a frecuentar grupos de gente que ella considera más amigables, cariñosos e intelectuales, amantes de la música y las cosas vintage la encandilan y la absorben, y así Christiane probó a sus cortos once años la marihuana, el LSD y alguna que otra pastilla calmante o alucinógena.
Se dice que siempre una cosa lleva a la otra y la perdición de Christiane llega cuando se inaugura el Sound, que era promocionado en aquel entonces como "el antro más moderno de Europa" tardo poco en que la heroína entrara en el ambiente y todos, uno a uno, fueran cayendo en la droga dura.
Christiane se resiste casi hasta el último momento, pero cuando ella se enamora perdidamente de Detlev y el comienza a pincharse, ella ya no quiere que eso los separe, si caen, caen juntos.
Robar y pedir monedas ya no alcanza para cubrir uno o dos pinchazos diarios, pero Detlev no quiere que Christiane caiga en el mundo sucio y es él quien sale a prostituirse para los clientes gays y sadomasoquistas. Luchando constantemente por mantenerse limpios, soñando una vida mejor, intentando sacar a sus amigos de la ruina y viendo como uno a uno van muriendo en los baños públicos con una jeringa sucia en el brazo.

Pronto Christiane, consumida por la adicción, cae en la prostitución a los trece años, pero sin permitir que nadie tenga relaciones sexuales con ella, se dedica al sexo oral y al sadismo, compartiendo sus fines de semana en los departamentos de sus amigos adictos, mientras su madre se niega a ver lo que pasa.
Christiane se enfrasca en un viaje en el que lo único más difícil que la enfermedad, es la cura.  


¿Qué me gusto?

Creo que lo que más adoré de este libro fue lo entrañable de los personajes, los amigos de Christiane y el propio  Detlev, Babsbi...todos ellos, una unión tan sincera, tan profunda, estaban hundidos en el infierno y la dependencia pero aún así no dejaban que nadie sufriera, y si alguno tenía abstinencia se compartían aunque fuera un sufrimiento para todos, se protegían y se ayudaban hasta que alguno moría. Sufrí muchísimo algunas muertes, especialmente considerando que cada una de esas personas realmente murió y padeció su infierno personal.


No hace apología de la droga, me ha pasado con libros sobre drogas o anorexia de que los narradores, con una percepción alterada por la enfermedad, transmiten la idea de que todo es lo máximo y que la vida es mucho mejor con un porro en la mano, pero Christiane narra en cada párrafo la agonía de ser adicto, de lo poco que dura el alivio y el éxtasis de la dosis, de que se pierde toda dignidad y amor propio, y que nada es tan fácil como decir "Una vez para probar y lo dejo" o el típico "Puedo dejarlo cuando quiera"

Yo no prejuzgo a la gente drogadicta, a fin de cuentas cada cual hace con su cuerpo lo que quiera y pueda, pero creo que sería muy bueno que todos dieran un vistazo a este libro, solo para que sepan como es realmente la drogadicción antes de caer en ella.

Cuenta una realidad tan dura, y no hablo de la droga, si no de la indiferencia, de la forma en que la gente sigue con su vida sin importarle que en el baño de al lado hay alguien muriéndose, y sé que probablemente no podríamos hacer nada por una persona que no quiere que la ayuden, pero el simple hecho de que no les importara, de que pasaran junto a las niños prostituidos y los cadáveres vivientes que eran los jóvenes plagados de pinchazos, hepatitis, infecciones, sida, desnutrición.

Me conquistó. Sencillamente así. Recuerdo estar en la librería y estar revisando las novedades, cosa que no hago mucho porque suelen ser los más caros,  me topé con este libro, en una de sus muchas reediciones, y con los ojos de Christiane en la portada y sencillamente sentí una necesidad de leerlo, incluso lo leí en el camino fuera de la librería, y lo acabe en un par de horas porque me absorbió. Tengo cierta fascinación por la Europa Occidental, no solo por las historias de judíos y nazis sino por la sorprendente frialdad de Alemania o Rusia respecto a ciertos temas, lo sentí por primera vez en el documental Los niños de Leningradsky y lo volví a encontrar en Christiane.

Personalmente, la considero una edición preciosa. Y la narración me encanta, mezclandose un poquito con artículos, con opiniones de los periodistas y de su madre, pero especialmente la voz de Christiane en una narración tan gráfica, tan precisa y realista que se vuelve maravillosa. Porque siempre lo dije, creo que no hay una forma incorrecta de contar la realidad, porque nadie puede corregir lo que esta chica sintió al vivir lo que vivió.

¿ Qué no me gusto?

Primeramente me molestó la actitud negativa de Christiane frente a todo, cuando comenzó la novela con la vida miserable con su padre lo entendí, pero después con su mamá trabajando para darle una buena vida, una linda casa, sus mascotas, su padre rehabilitado, su familia preocupada, un ambiente bueno y sentí casi indignación ¿Por qué? Porque esta chica no tenía problemas, y me dolió por todos los chicos que se refugian en la droga porque tienen hambre, frío, abandono; me pareció injusto que si esos chicos tuviesen las posibilidades de Christiane quizás ellos no hubiesen caído.  Y todo el mundo poniéndole al alcance de la mano todas las medidas posibles para salvarla y ella caía y una otra vez a pesar de ya estar limpia, disfrutando en fugarse y caer, para después volver llorando. Eventualmente entendí que Christiane lo sufría y lo sufre muchísimo *Si, sigue estando viva, enferma y adicta en Berlín, visitando la estación*  

¿En conclusión?

Una historia abrasadora, entrañable y dolora que, creo, si mucha juventud ignorante la leyera antes de "probar" mantendría más firme su no respecto a ciertas cosas. Christiane va a quedarse por mucho tiempo en mi memoria.



*La película del libro fue hecha en 1981 en Alemania, titulada Christiane F. – Wir Kinder vom Bahnhof Zoo.

*La protagonista de la película fue halagada por la prensa y crítica internacional, sin embargo no volvió a tener ninguno otro éxito ni ser contratada por directores.

*David Bowie se conmovió tanto con la historia de Christiane y la idea de los jóvenes alemanes sufriendo síndromes de abstinencia en sus conciertos que se ofreció a trabajar gratis en la película haciendo todo el soundtrack y filmando la escena del concierto. El escenario y el público lo presto AC/DC que tocaba en Berlín durante la filmación.

*Christiane obtuvo suficiente dinero y fama como para entrar en los sectores VIP, pero eso le abrió las puertas a todos los narcotraficantes de la buena de Europa y América, paso de drogarse en la estación a inyectarse en el jet privado de los Rolling Stones.

*Muchas bandas y artistas le han dado homenaje a Christiane, la banda Butch Walker hizo un video donde Avril Lavigne interpreta a Christiane y la propia Avril escribió, según algunos post, la canción Nobody's Home basándose en C.

*Actualmente Christiane tiene 50 años, sigue siendo adicta, padece hepatitis y fibrosis, tuvo varios intentos de suicidio, múltiples abortos y servicios sociales le quito a su hijo por obvias razones, cada dos por tres cae detenida por posesión de heroína y la prensa amarillista alemana sigue alimentándose de ella desde hace casi cuatro décadas.  

*Después de cuarenta años va a salir la secuela del libro: "Yo Christiane F: Mi segunda vida" hablando no de su vida como adicta sino de su vida como una mujer que ha visto todo lo que la vida ofrece, desde su zonas más anheladas hasta los lugares más oscuros.

*Uno de los amigos más cercanos y primer amor de Christiane se suicidó con una sobredosis, dejó una carta de suicidio que dice esto: "Me voy a suicidar porque un drogadicto no le aporta a sus padres ni a sus amigos más que sinsabores, preocupaciones, malestares y desesperación. Uno no sólo se destruye a sí mismo sino que destruye a los demás. Quiero darles las gracias a mis queridos padres, a mi querida abuela. Me he convertido en un despojo humano. Ser toxicómano es lo más denigrante que puede existir. ¿Qué es, por tanto, lo que precipita al infortunio a seres jóvenes y llenos de vida? Quisiera poner sobre aviso a todos aquellos que un día u otro se preguntarán: ¿Qué tal si la pruebo? Mírenme a mí, miren en lo que he llegado a convertirme, pobres cretinos. Adiós, Simona. Quedarás liberada de tu desdicha."

1 comentario:

  1. Tengo el privilegio de tener este libro en una de sus primeras ediciones, gracias a mi madre. A mi me ha encantado la historia y te deja mucho que pensar como adolescente. Casi la mayoría te diría que fumar, inyectarse, etc te da una sensación de libertad o placer y no es así, a lo largo se sufre demasiado y la vida se torna más difícil. Por eso me encanta esta historia, lástima que Christiane no se haya salvado, ni con todo lo que sufrió y sufre por la adicción decide cambiar.
    ¡Excelente post!

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